De la “Oración de Jesús”
Para el que ora no hay reglas fijas e inflexibles que se impongan con carácter de necesarias; tampoco hay técnicas mecánicas, físicas o mentales, que puedan forzar a Dios a manifestar su presencia.
“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador".
Una relación auténtica entre personas no puede tener lugar sin la dimensión de una libertad y una espontaneidad recíprocas; este principio se aplica especialmente a la oración interior. Para el que ora no hay reglas fijas e inflexibles que se impongan con carácter de necesarias; tampoco hay técnicas mecánicas, físicas o mentales, que puedan forzar a Dios a manifestar su presencia. La Gracia de Su presencia es siempre un don gratuito y no puede ser alcanzada por algún método o técnica de manera automática.
El encuentro entre Dios y el hombre, en el reino del corazón, es marcado por una inagotable variedad de modelos. De entre estos, la “Oración de Jesús”, a pesar de no gozar de un monopolio exclusivo en el dominio de la oración interior, se ha convertido, con todo, a lo largo de los siglos, en el camino “tipo” a seguir para muchos cristianos ortodoxos, en el camino real de la oración. Y no sólo para los cristianos ortodoxos; en el encuentro que ha ocurrido en los últimos años entre la Ortodoxia y Occidente, ningún otro elemento de la doctrina ortodoxa ha suscitado un interés tan intenso, como la “Oración de Jesús”, y ningún otro libro ha sido más buscado que los “Relatos de un peregrino ruso”. Este libro enigmático, casi desconocido en la Rusia pre-comunista, ha tenido una enorme repercusión en el mundo occidental, católico y protestante, habiendo sido traducido ya a un gran número de idiomas. ¿En qué consiste la atracción especial y la eficacia de la “Oración de Jesús”?, nos preguntamos. En general, son cuatro los puntos que le caracterizan: a) su simplicidad y ductilidad; b) su calidad de síntesis de toda la doctrina cristiana; c) el misterio de la fuerza del Nombre; d) la disciplina espiritual de la repetición perseverante.
(Traducido de: Kallistos Ware, Rugăciunea lui Iisus, Editura Orthodoxos Kypseli p.18-19)