Palabras de espiritualidad

De la vida de San Joanicio

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

La auténtica añoranza de Dios es más fuerte aún que los vínculos familiares.

La hija de un senador estaba enferma y su cuerpo se había debilitado completamente. Sin embargo, conservaba su fe y la honraba con brío. Por su parte, el esposo de la hermana del santo vivía en una completa turbación y no podía dejar de atacar e insultar a los santos íconos de Cristo. Entonces, San Joanicio ayudó a la muchacha, librándola del dolor con sus oraciones y haciéndole la Señal de la Cruz; pero, viendo que era imposible hacer renunciar a su necedad a su propio cuñado, sintió que debía castigarlo. Así, haciendo a un lado todo lazo de parentesco con aquel hombre y buscando la forma de ayudarlo, después de orar mucho, hizo que se quedara ciego. En esto vemos cómo la virtud de la devoción a Dios puede vencer también a la misma naturaleza, y cómo la auténtica añoranza de Dios es más fuerte aún que los vínculos familiares: porque a aquella muchacha, a pesar de no ser pariente suya —pero que creía fervientemente en el Dios de los cristianos— la libró de sus sufrimientos, en tanto que al otro, aunque era su propio cuñado, por blasfemar contra los santos íconos, lo privó de la vista, y con el castigo de la ceguera le demostró qué bien se puede ver con los ojos del alma.

(Traducido de: Everghetinosul, vol. I-2, traducere de Ștefan Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 85)