El amor a sí mismo consiste también en el deseo de comer o dormir más de lo necesario. Normalmente, al cuerpo hay que darle solamente lo que necesita. Una cosa es el deseo, y otra totalmente distinta la necesidad.

Una cosa es querer agradar al cuerpo, y otra es darle únicamente lo que le falta. Supongamos que frente a mí tengo dos platos con comida preparada con distintas recetas. Las dos viandas contienen exactamente las mismas vitaminas y minerales, pero una es más apetitosa y tiene mejor gusto que la otra. Si elijo la más gustosa, estoy demostrando mi amor a mí mismo. Pero, si, al contrario, no tengo apetito, porque estoy enfermo, y prefiero la más sabrosa, porque realmente necesito alimentarme para recuperamre pronto, esto significa que sé discernir.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. V Patimi și virtuți, Editura Evanghelismos, București, 2007, p. 37)