De los Mandamientos a las Bienaventuranzas
“Bienaventurados los misericordiosos...”. En el Nuevo Testamento todo es positivo.
Testamento significa “alianza”. La primera alianza fue la de Dios con Abraham: “Multiplicaré tanto tu descendencia, que será como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la otra orilla del mar”. La segunda alianza la hizo con nosotros, el pueblo cristiano. Con nosotros, Su Iglesia, por la cual fue crucificado. Por eso, en el Nuevo Testamento ya no hay ninguna advertencia.
En el Nuevo Testamento lo que hay son Bienaventuranzas. “Bienaventurados los que trabajan por la paz”, “Bienaventurados los pobres de espíritu”, es decir, los que son conscientes de su estado de pecadores y del valor de su alma. “Bienaventurados los misericordiosos...”. En el Nuevo Testamento todo es positivo.
Los Diez Mandamientos estaban redactados así: “No matarás”, “No robarás”, “No cometerás actos impuros”. En el Nuevo Testamento, en cambio, Dios se nos presenta con las manos extendidas, esperando a Sus hijos, es decir, a nosotros los hombres, para que participemos de Sus bondades, que son incontables e invaluables.
Con nosotros, Dios hizo una nueva alianza, un Pacto Nuevo. Es el Nuevo Testamento. Él nos otorgó la vida eterna con Su muerte y Resurrección. Todo esto tendríamos que saberlo, sentirlo y vivirlo.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Să nu-L răstignim iarăşi pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 76)