Palabras de espiritualidad

De los rasgos específicos del monaquismo rumano

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Así es como debe ser el monje, cumpliendo ante todo los mandamientos de Cristo; “¡no es gran cosa ser lo que tienes que ser!”.

¿Tiene el monaquismo rumano características especiales, por ejemplo, en comparación con el athonita?

—Aunque el monaquismo ortodoxo es de una sola clase y tiene las mismas disposiciones fundamentales, ya que los pueblos ortodoxos han tenido un desarrollo específico, según las distintas condiciones geográficas que les son propias, también el monaquismo de cada región presenta rasgos y características particulares.

Por ejemplo, a los monjes rumanos que vienen al Santo Monte les sorprende ver esquema-monjes jóvenes. ¿Por qué? ¡Porque en los monasterios rumanos no hay esquema-monjes jóvenes! Aquí, en Rumanía, ese rango es tratado con la gravedad recomendada por las disposiciones para su otorgamiento, entre las cuales dice: “El nuevo esquema-monje debe cambiar por completo su vida, esforzándose hasta que muera en llegar a ser un hombre perfecto...”. Por eso, solamente algunos monjes, los más ancianos, se atreven a hacerse un skhimnik. Y llevan una vida de severa austeridad, ayuno y oración, confesión y comunión frecuentes, y mucho silencio. Como dicen muchos monjes: “El esquema-monje debe pronunciar solamente siete palabras al día”.

Otro rasgo característico del cristianismo y el monaquismo rumanos es su pronunciada discreción. Los monjes más experimentados procuran no mencionar absolutamente nada de los sacrificios que hacen por alcanzar la virtud, ni de los carismas que van recibiendo, porque saben que solamente “por el don de Cristo soy lo que soy”, y que sin Dios no podemos hacer nada (Juan 15, 5). Así es como debe ser el monje, cumpliendo ante todo los mandamientos de Cristo; “¡no es gran cosa ser lo que tienes que ser!”. Gracias a esta discreción, el cristianismo rumano jamás ha pretendido hablar mucho de sus propios santos, que no son pocos; y los monjes rumanos, presentes desde hace muchos siglos en el Santo Monte Athos, no han buscado tener un monasterio propio, siendo, hasta el día de hoy, los únicos monjes ortodoxos sin un monasterio propio en aquel lugar.

Otra característica del monaquismo rumano es su especial acento en la parte práctica de la vida espiritual. Por una parte, para ayudar a los monjes a alcanzar la pureza de una forma más certera, y por otra, cuidando también el servicio a los demás hermanos en el cenobio, así como a los visitantes, peregrinos y quienes necesiten su auxilio. San Calínico de Cernica, un verdadero representante de esta espiritualidad, reunía de forma admirable, en su propia persona, la oración y la ascesis más severas, con la obediencia más perfecta y la atención a los pobres. Podría decirse que se trata de un ejemplo de espiritualidad integral.

(Traducido de: Ieromonahul Petroniu TănaseChemarea Sfintei Ortodoxii, Editura Bizantină, București, 2006, pp. 54-55)