Palabras de espiritualidad

De los talentos que Dios nos otorgó y la redención del alma

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

El problema del uso de los talentos que nos dio el Señor es vital para cada uno de nosotros.

En todas las circunstancias de la vida pídele a Dios que se cumpla Su voluntad. Veo la acción de Dios en el alma de cada uno. Reconozco Su cuidado. ¡Y me siento tan agradecido!

El amor es la virtud más grande. El amor es la perfección misma. Cuando en vez de ofrecerle tu amor a la Fuente de todo bien, que es Dios, y con Él, a tus semejantes, se lo entregas al mundo, estás alterando su sentido, convirtiéndolo. de la virtud más prodigiosa en la pasión más terrible

Dios le concedió al hombre muchos dones para que pudiera salvarse, por medio de la perseverancia en la virtud y con el auxilio del Padre Celestial. Dios le dio incontables talentos, para que con estos el hombre pudiera luchar y acercarse más a Él, entregándose y sacrificándose. En la medida en que no utilicemos correctamente el “talento” que se nos confió, seguiremos siendo siervos del pecado.

Así las cosas, el problema del uso de los talentos que nos dio el Señor es vital para cada uno de nosotros. No tenemos permitido utilizarlos para obrar el mal o simplemente enterrarlos. “Te ofrecemos lo que es Tuyo, de lo que es Tuyo, en todo y por todo”. Aquello que Dios nos concedió, a Él debemos dárselo. Él nos dio la vida, para Él debemos vivir. Él nos dio el amor, a Él debemos entregárselo.

Nos redimimos en esta vida y en la vida eterna. En esta vida, la expiación por medio del sufrimiento tiene dos aspectos: un rol redentor y otro de purificación. En la otra vida, la expiación por el sufrimiento es el tormento eterno. Por eso es que debemos agradecerle al Señor cuando nos castiga aquí, en esta vida. Entonces, debemos estar muy atentos a la forma en que utilizamos el don de Dios.

(Traducido de: Ioan Ianolide, Întoarcerea la Hristos, Editura Christiana, București – 2006, p. 240)