Palabras de espiritualidad

De por qué la Madre del Señor recibe una especial veneración de nuestra parte

    • Foto: Magda Buftea

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Así es como nosotros la veneramos a ella, como a la más excelsa de todos los santos, como a la más excepcional de todos y todas, porque ella es única en este mundo.

Ningún santo puede compararse con la Madre del Señor. Así es como nosotros la veneramos a ella, como a la más excelsa de todos los santos, como a la más excepcional de todos y todas, porque ella es única en este mundo.

Si ella fue prefigurada por el Santo de los Santos (Sanctasanctórum), por ese recinto del Templo de Jerusalén en el que el Sumo Sacerdote no podía entrar sino una vez al año, si fue prefigurada por el Santo de los Santos, ella es como el mismo Santo de los Santos.

Nuestra Iglesia nos la presenta como un sagrario, un tabernáculo: «Como a un arca viviente, como a un sagrario viviente de Dios, que jamás la toquen las manos de los incrédulos y que los labios de los incrédulos incesantemente eleven el cántico de los ángeles, diciendo con gozo: “¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!”.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Maica Domnului, Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, Cluj-Napoca, 2003, p. 30)