Uno de los Santos Padres del Paterikon decía: “¡En un solo día puedes alcanzar una gran altura espiritual!”. ¡Tan valioso es el tiempo de un día!

Entonces, no descuidemos un solo momento el trabajo de nuestra salvación. Este es nuestro propósito principal, nuestro objetivo inmutable: ¡la salvación! Y por eso es que tenemos que evitar los malos hábitos y la rutina. Todo en esta vida tiene que partir del corazón.

Es cierto, son muchos los problemas que todos tenemos que enfrentar, pero tampoco tenemos que soltarnos del lazo que nos une al Cielo. Si lo soltamos, caeremos en la nada, en el pecado, en el infierno. Tenemos que sujetar firmemente ese lazo, sea lo que sea, por fuertes que sea los vientos. ¡Aférrate como puedas, a tu manera, pero aférrate!

No pensemos que Dios no entiende el momento histórico que vivimos. ¡Claro que lo entiende!

(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ediția a II-a, volumul III, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, pp. 114-115)