De un huerto que antes fue el cementerio de muchos venerables ascetas rumanos
En la tradición del lugar se dice que, entre los numerosos ascetas de la región montañosa de Neamţ, especialmente en la “Agapia Vieja”, “hubo muchos hombres de vida santa, cuyos cuerpos —habiendo sido enterrados allí—, después de mucho tiempo, al constatarse su santidad, fueron exhumados y llevados como reliquias a distintos países, como Rusia y Grecia…”.
Venerables padres Eulogio, Pimeno, Misael, Basilio y Paisos de la skete Agapia Vieja (siglos XVI-XVII)
Entre el “Monte de las Sillas” y la “Pradera de Eufrosino”, hay un pequeño prado “con árboles ancestrales y llenos de frutos”, sembrados por los primeros monjes que fundaron la skete Agapia Vieja y edificaron una pequeña iglesia de madera con cimientos de piedra. A este lugar se le sigue llamando el “Huerto de los Padres”.
Entre los siglos XVI-XVII, en este huerto había un cementerio donde eran sepultados tanto los monjes de Agapia Vieja, como los eremitas que vivían en la soledad de las montañas y los bosques de los alrededores. Aquí, en el “Huerto de los Padres”, se ha encontrado varias tumbas, cada vez que se ha hecho alguna excavación. Cada tumba contenía un ataúd hecho con un tronco de roble cortado longitudinalmente en dos y ahuecado en su interior, y los restos hallados en su interior estaban delicadamente envueltos en su hábito monástico, en tanto que debajo de la cabeza había un ladrillo. Algunos de aquellos venerables monjes tenían una cruz de plomo atada al cuello, con el nombre del difunto escrito a un lado, o en una esquina. En la tradición del lugar se dice que, entre los numerosos ascetas de la región montañosa de Neamţ, especialmente en la “Agapia Vieja”, “hubo muchos hombres de vida santa, cuyos cuerpos —habiendo sido enterrados allí—, después de mucho tiempo, al constatarse su santidad, fueron exhumados y llevados como reliquias a distintos países, como Rusia y Grecia…”.
Entre los venerables ascetas de la Agapia Vieja, cuyas santas reliquias descansan en el antiquísimo cementerio del “Huerto de los Padres”, se identificó, en 1838, cinco nombres de esquema-monjes y hiero-esquema-monjes: Eulogio, Pimeno, Misael, Basilio y Paisos (o Paisios). Los cuerpos de estos venerables padres fueron hallados enterrados en gruesos troncos de roble, cada uno con su respectiva cruz de plomo sobre el pecho, con sus osamentas de un color amarillento y emanando una dulce fragancia. Ciertamente, estos santos hombres vivieron en el Monasterio Agapa Vieja, tanto en comunidad como en la soledad de los bosques de la zona, hasta mediados del siglo XVIII, cuando los esquema-monjes acostumbraban llevar pesadas cruces sobre el pecho y eran sepultados en troncos de roble ahuecados. A muchos de ellos los conoció, en vida, el Metropolitano Dositeo, en tanto que de otros supo de oídas, como él mismo habría de consignar: “a muchos de estos rumanos los conocí en su vida monacal, aunque ya nadie los ha buscado”.
La forma en que vivieron y se esforzaron estos santos ascetas, así como cada una de sus virtudes, es algo que solamente Dios sabe, porque Él conoce los corazones y todo el ser de cada persona. Sin embargo, esas pesadas cruces de plomo y la forma en que fueron enterrados demuestran la severa austeridad y el fervor con el que vivían la fe. Todos fueron grandes practicantes de la “Oración de Jesús” y vivieron en una paz profunda y un gran gozo espiritual, manteniendo la mente libre de todo pensamiento pernicioso y sometiendo su cuerpo con la templanza y las vigilias.
Actualmente, los cuerpos de muchos de estos venerables padres descansan, olvidados, en el “Huerto de los Padres”, de Agapia Vieja, y sus almas cantan sin cesar, en los Cielos, alabanzas a Dios.
(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Patericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, pp. 186-187)