Palabras de espiritualidad

De un milagro de San Serafín Sobolev

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Lo primero que hizo la señora R. fue visitar la tumba de San Serafín, a quien veneraba profundamente, y le pidió con devoción que la operación fuera existosa.

La esposa del médico K.I., de Nova Zagora, R., se enfermó de cáncer gástrico. Después de practicársele todos los análisis de rigor y habiéndose llegado a un diagnóstico concluyente, la señora fue enviada a la capital para ser sometida a una cirugía.

Al llegar a Sofía, lo primero que hizo la señora R. fue visitar la tumba de San Serafín, a quien veneraba profundamente, y le pidió con devoción que la operación fuera existosa. Después de eso se dirigió al hospital para internarse.

Un día antes de la operación, los médicos le practicaron nuevos exámenes. ¿Y qué fue lo que encontraron? ¡Que el cáncer había desaparecido! Cuando fue externada, la mujer, llena de emoción, corrió a agradecerle a su médico milagroso, el anciano Serafín.

(Traducido de: Viața, minunile și învățăturile Sfântului Ierarh Serafim (Sobolev), făcătorul de minuni din Sofia, Editura Adormirea Maicii Domnului, București, 2003, p. 148)