De un santo que fue martirizado frente al altar de la iglesia
Un día, mientras Nicetas oficiaba la Divina Liturgia, un grupo de soldados entró en la iglesia y, luego de amarrarlo, lo quemaron vivo frente al altar. Esto ocurrió el 15 septembrie del año 372. La única culpa de Nicetas fue pedirles a los cristianos que no honraran un ídolo muy apreciado por los godos.
Santo Mártir Nicetas (el Romano) († 372)
El segundo mártir, con el nombre de Nicetas —es decir, “el Vencedor”—, que fue torturado por los godos en el año 372 en tierras rumanas, después de San Sabas, es el Gran Santo y Mártir Nicetas, llamado a veces “el Romano”, y otras “el Dacio-romano”. La ascendencia paterna de este venerable mártir provenía del mismo lugar que el Santo Apóstol Pablo, es decir, de Cilicia, en el Asia Menor. Sus padres fueron llevados por los godos y colonizados en Dacia, después del año 258.
El beato Nicetas nació en un poblado de las llanuras del Danubio (Câmpia Dunării), probablemente en Valea Argeşului, a comienzos del siglo IV, y aprendió los misterios de la fe en Cristo directamente del obispo Teófilo de Escitia y Gothia (Dacia). Habiendo sido tonsurado en uno de los monasterios del sur del Danubio (o tal vez en las Montañas de Buzău, en donde había un pequeño cenobio), el joven soldado de Cristo, Nicetas, fue ordenado sacerdote por el mismo Teófilo y se le asignó la labor de misionero en distintas aldeas y poblados, catequizando y bautizando a un sinnúmero de dacio-romanos y godos.
Viendo los gobernantes godos la fe de Nicetas y su trabajo de evangelización entre los paganos —justo cuando cobraba auge la persecución de Atanárico en contra de los cristianos, aproximadamente en 372—, decidieron que lo mejor era deshacerse de él. Así, un día, mientras Nicetas oficiaba la Divina Liturgia, un grupo de soldados entró en la iglesia y, luego de amarrarlo, lo quemaron vivo frente al altar. Esto ocurrió el 15 septembrie. La única culpa de Nicetas fue pedirles a los cristianos que no honraran un ídolo muy apreciado por los godos, al cual llevaban de pueblo en pueblo montado sobre un carruaje.
Las santas reliquias que se salvaron de desaparecer calcinadas, fueron juntadas por los cristianos del lugar y reverenciadas con gran fervor. Tiempo después, en 451, esas reliquias fueron llevadas a Cilicia y colocadas en un cofre en una iglesia de la ciudad de Mopsuestia, de donde habría de difundirse la veneración a San Nicetas como un “Gran Mártir” por toda la Iglesia de Cristo.
(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Patericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 25)