Palabras de espiritualidad

¿Deben los esposos tener el mismo padre espiritual?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

En general, es bueno que todos los miembros de la familia tengan el mismo padre espiritual, porque éste, conociendo los problemas comunes a aquel hogar, sabrá cómo orientar a cada uno de la forma debida.

Una condición indispensable para la fundación de una sólida familia cristiana es que los futuros esposos encuentren un buen padre espiritual.

El confesor jugará el rol de árbitro, procurando que no aparezcan conflictos en la familia. Así, cuando los esposos no consigan entenderse sobre algún punto, podrán acudir a su padre espiritual, llenos de esperanza en Dios. De lo contrario, la familia comenzará a derrumbarse: los padres del esposo empezarán a entrometerse, lo mismo harán los de la esposa... Y, tirando cada uno para su lado, terminarán destruyendo aquella incipiente familia. Pero si los esposos acuerdan tener un confesor, tales situaciones no tendrán lugar en el hogar.

Luego, para poder avanzar, los esposos deben tener el mismo padre espiritual. Éste es como un carpintero que busca unir dos vigas: después de cortar las partes sobrantes, las cepilla, las alinea y las pega. Pero, para que esas dos piezas de madera se acoplen perfectamente, deben pasar por la misma cepilladora. Por eso, los esposos deben tener el mismo confesor, porque no puede haber competición sin un árbitro.

En general, es bueno que todos los miembros de la familia tengan el mismo padre espiritual, porque éste, conociendo los problemas comunes a aquel hogar, sabrá cómo orientar a cada uno de la forma debida.

(Traducido de: Cum să ne întemeiem o familie ortodoxă: 250 de sfaturi înţelepte pentru soţ şi soţie de la sfinţi şi mari duhovnici, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, pp. 112-113)