Del cuidado de Dios para con el hombre y el destino del incrédulo
Como dice el Evangelio: “¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Vosotros tenéis contados todos vuestros cabellos” (Mateo 10, 29-30).
En lo que respecta al destino del hombre, su vida o su muerte, Dios le profiere un cuidado especial, sobre todo cuando se trata del hombre de fe, del cristiano que se abandona a Su voluntad. Un hombre así se halla todo el tiempo bajo el gobierno de Dios. Como dice el Evangelio: “¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Vosotros tenéis contados todos vuestros cabellos” (Mateo 10, 29-30). Cuando el hombre se aleja de Dios y renuncia a su fe, Él lo deja un poco “a su suerte”; luego, su vida viene a componerse de distintos elementos, de los cuales, las predisposiciones físicas y psíquicas naturales, al igual que la influencia cósmica de los cuerpos celestes, juegan un rol predominante.
(Traducido de: Părintele Rodion, Oameni și demoni, Editura Egumenița, Galați, p. 28)