Palabras de espiritualidad

Del origen de la envidia

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

Caín puso su mirada en los dones de Abel, no en los propios. Y así fue como empezó a envidiarlo, llegando al punto de contrariarse con Dios.

¿Cómo puede una persona vencer la envidia?

—Si conoce los dones que Dios le otorgó y los valora, dejará de envidiar y su vida se hará un Paraíso. Hay muchos que no ven los dones que han recibido de Dios, sino solamente los de los demás, y por eso empiezan a envidiarlos. Se creen agraviados y denigrados, sin entender que con esto se provocan un enorme sufrimiento y se amargan la vida. “Pero, ¿por qué este tiene tales y cuales dones, y yo no?”, dicen. Pero, atención: ¡recuerda que tú tienes ciertos dones, y el otro también tiene los suyos! ¿Quién se acuerda de Caín y Abel? Caín puso su mirada en los dones de Abel, no en los propios. Y así fue como empezó a envidiarlo, llegando al punto de contrariarse con Dios. Finalmente, de la envidia llegó al asesinato. ¡Y talvez tenía más y mejores dones que Abel...!

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Patimi și virtuți, Ed. Evanghelismos, București, 2007, p. 121)