Nuestros primeros antepasados no sabían lo que era el dinero, ni les interesaba el oro y la plata. Entonces ¿cómo fue que apareció la avaricia entre sus descendientes? Por causa de la vanidad y los placeres carnales, y también por la desidia espiritual y la falta de fe en la Providencia Divina.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Traducere de Cristian Spătărelu și Daniela Filioreanu, Editura Egumenița, p. 45)