Del vínculo entre el padre espiritual y su discípulo
Si le dices a alguien que es muy devoto, humilde o bueno, pronto lo verás caer en la apatía, como si estuviera enfermo. Dejará de tener paz en su alma. Pero si lo corriges, los demonios no se le podrán acercar.
Lo importante es que nuestro padre espiritual nos enseñe el camino que lleva al Reino de los Cielos, que nos imponga cierta disciplina. El jardinero avezado intenta mantener su vergel libre de ramas secas, para que los árboles puedan dar frutos. Lo mismo ocurre con el padre espiritual: no se trata solamente de acariciar con afecto la cabeza de su discípulo, sino de ayudarlo a librarse de sus pasiones. Esto es algo que conozco por experiencia: si le dices a alguien que es muy devoto, humilde o bueno, pronto lo verás caer en la apatía, como si estuviera enfermo. Dejará de tener paz en su alma. Pero si lo corriges, los demonios no se le podrán acercar.
(Traducido de: Părintele Ambrozie Iurasov, Îndrumar creștin pentru vremurile de azi, vol.1, Editura Sophia, București, 2008, p.136)