Desaten las velas de su alma y naveguen con valor por el mar de la vida
No se entristezcan, no dejen que los vicios los perturben, con todas las batallas que tengan que enfrentar. Desaten las velas de su alma y naveguen con valor por el mar de la vida, guiados por las oraciones de nuestro padre.
No se entristezcan, no dejen que los vicios los perturben, con todas las batallas que tengan que enfrentar. Desaten las velas de su alma y naveguen con valor por el mar de la vida, guiados por las oraciones de nuestro padre. Arrojen fuera el agua que ahoga el alma, por medio de la confesión sincera y con llanto; esa agua que se cuela por los orificios de los sentidos, a través de la mirada malintencionada o inocente, del oído inicuo, por medio del cuerpo ungido con aromas, por medio del gusto de lo dulce, por medio del roce, a veces espontáneo y desapercibido, o cuando aparece el deseo de tocar tu cuerpo o el de otro.
Y si te sorprendiera algún viento malicioso, queriéndote llevar a la oscuridad, amarra tus velas, por medio de la verdadera humildad. Y cuando se debiliten los cordeles de tu nave espiritual, es decir tu paciencia, fortalécelos con el control de tu propia mente.
(Traducido de: Sfântul Teodor Studitul, Cuvântări duhovnicești, Editura Episcopia Alba Iulia, Alba Iulia, 1994, p. 65)