¡Desde el amanecer, cada día, trabaja sin temor!
Cristo es el que nos da las fuerzas y el valor para enfrentar cada día desde el amanecer, para trabajar con la misma tenacidad, aún a pesar del cansancio o del desaliento.
Invocando siempre Su grande y venerable Nombre, con oraciones y cantos, construye, siembra y trabaja la tierra, fortalecido con el poder de la fe en Cristo. Trabaja cada día, sin temor, a excepción de esos días en los que los Santos Padres establecieron que no debemos hacerlo. Porque en esos días debemos enaltecer, con toda sabiduría, a nuestro Rey, como el Dador de todos los bienes. Porque a Él se debe toda gloria, poder y honra, Única y trina Luz.
(Traducido de: Sfântul Maxim Grecul, Viaţa şi cuvinte de folos, traducere de Florentina Cristea, Editura Bunavestire, Galaţi, 2002, p. 55)