Dios da Sus bondades a quienes le aman
Hermanos míos muy amados, grandes e inefables son las bondades de los santos, superandp cualquier mente y palabra.
Hermanos míos muy amados, grandes e inefables son las bondades de los santos, superando cualquier mente y palabra, porque ellos son los herederos de Dios y colegatarios con Cristo. Porque el Señor les preparó la gloria del Jerusalén de lo alto, las eternas moradas del Cielo y otras bondades que son difíciles de entender y expresar para los hombres. Ningún oído las ha escuchado, ni el espíritu las ha visto.
Viniendo sobre estos los justos, lloran amargamente, incapaces de poder ver la inmensa gloria de las bondades que se les prometieron por arrepentirse; y solamente si dijeran algo a su semejante se aprovecharían los del mundo, porque Dios rebosa abundantemente sus bondades sobre quienes le aman, siendo bueno y haciendo solamente lo que es bueno, como Él mismo nos confirma, al decir: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia”.
(Sfântul Simeon Stâlpnicul din Muntele Minunat, Cuvinte ascetice, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 53)