“Dios es el Señor y se nos ha revelado”
Con este tropario se exalta el acontecimiento de la encarnación y el nacimiento de Cristo, para la salvación de la humanidad.
A este canto también se le llama “Himno de la Encarnación”. Una vez llegado el momento de la Natividad, el Señor “se nos reveló” y trajo luz al mundo entero.
Como subraya Simeón, Arzobispo de Tesalónica, cuando se entona este himno se encienden todas las candelas, para recordar la gloria de Dios, Quien resplandeció sobre los pastores, cuando se les apareció el ángel para anunciarles el Nacimiento del Señor. Con este tropario se exalta el acontecimiento de la encarnación y el nacimiento de Cristo, para la salvación de la humanidad.
Debido a que el hombre cayó (en pecado), la Encarnación no representa para nosotros solamente un acto de amor inconmensurable, sino también un acto redentor. Jesucristo, con Su sacrificio en la Cruz, deificó al hombre caído y pecador. Por eso, tenemos que darle una importancia especial a la Encarnación del Señor, porque es un misterio santo y salvador.