Palabras de espiritualidad

Dios está más cerca de lo que podríamos pensar

  • Foto: Doxologia

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Dios, que todo lo puede y está en todas partes, no se nos impone, sino que acepta que lo mantengamos a la distancia, esperando que lo veamos y no lo ignoremos.

Un mundo entero se halla sumido en la oscuridad del desconocimiento y a la sombra de la muerte, hambriento y sediento del alimento de vida, deambulando como ovejas sin pastor, acechado por las fuerzas enemigas que vienen de las tinieblas, lejos del Señor, Quien, a la vez, está tan cerca de nosotros. Avanzamos por el camino de la vida y Cristo está con nosotros, pero nuestros ojos “no pueden reconocerlo”, como los de aquellos dos discípulos que iban a Emaús (Lucas 22, 16); vemos al Señor a la orilla de nuestra vida y “no sabemos que es Él” (Juan 21, 4).

Si nos encerramos en una habitación sin ventanas, no es culpa del sol que nos quedemos a oscuras. Del mismo modo, no concierne a la bondad de Dios y a Su amor, que crearon al hombre como un ser libre, desconsiderar esa dignidad que nos es propia e imponernos Su divina presencia. Dios, que todo lo puede y está en todas partes, no se nos impone, sino que acepta que lo mantengamos a la distancia, esperando que lo veamos y no lo ignoremos. Él, aun siendo Todopoderoso, espera que nosotros disipemos la distancia que nos separa: “He aquí que estoy a la puerta y llamo” (Apocalipsis 3, 20).

(Traducido de: Ieromonahul Petroniu TănaseChemarea Sfintei Ortodoxii, Editura Bizantină, București, 2006, pp. 105-106)