El cristianismo es la religión del amor. Sin embargo, hay cristianos que no pueden amar a su semejante, ni siquiera con un amor natural, humano. ¡Ni pensar en un amor divino, santo!

—Esto sucede porque su corazón está lleno de apetitos y pecados. Pero el hombre no nace con todo y sus pasiones. El hombre nace puro. Pero, con el paso de los años y con sus propias acciones, va llenándose de pasiones y pecados. Porque, el pecado entra en nuestro ser después de que empezamos a endulzarnos con él y a amarlo. El hombre no fue hecho por Dios para ser malo. ¡En absoluto! El hombre es bueno, pero la forma de su educación y la misma sociedad terminan corrompiéndole. Con todo, ¡esforcémonos en salvarnos, que Dios nos ayudará!

(Traducido de: Ierod. Cleopa Praschiv, Pelerinaj în Sfântul Munte Athos, Sfânta Mare Mănăstire Vatopedi, Ed. Panaghia, 2005, p. 87)