Palabras de espiritualidad

‟¡Dios no es justo conmigo!”

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Esto es algo que nos pasa a todos: solemos creer que todo lo que pedimos nos será de provecho. Pero si vemos que Dios no nos responde, tendríamos que entender que, en realidad, nuestra pretensión no es buena.

A veces sucede que, a pesar de orar con perseverancia, no recibimos lo que esperábamos. ¿Por qué? Sin duda, esas situaciones nos entristecen, nos desconciertan, y hasta ponen a prueba nuestra fe.

Pero recordemos lo que respondió el Señor, cuando le preguntaron por qué Dios no siempre responde a nuestras peticiones: “No sabéis lo que pedís” (Marcos 10, 38), dándonos a entender que no siempre lo que pedimos es bueno para nosotros. 

Esto es algo que nos pasa a todos: solemos creer que todo lo que pedimos nos será de provecho. Pero si vemos que Dios no nos responde, tendríamos que entender que, en realidad, nuestra pretensión no es buena, aunque todas las evidencias nos digan que lo que esperamos es beneficioso y adecuado para nosotros.

Cuando no recibamos lo que pedimos, pensemos que es como una fruta bella pero venenosa, y solamente por esta razón nuestro Padre Celestial rechaza dárnoslo, aunque, en nuestra ignorancia, juzguemos y digamos que Él no es bueno y justo con nosotros, porque les da a los demás lo que nos niega.

Pero si no nos lo da, es porque Él sabe que lo que pedimos no nos será útil. Al contrario, es posible que nos terminara llevando al sufrimiento y al error, y Él quiere evitarnos eso.

(Traducido de: Mitropolitul Antonie PlămădealăTâlcuiri noi la texte vechi, Editura Sophia, București, 2011)