¡Dios nos espera a todos en el Reino de los Cielos!
Dios no quiere la muerte del pecador, (Ezequiel 33, 11), sino, al contrario, quiere que “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (I Timoteo 2, 4).
Dios no quiere la muerte del pecador, (Ezequiel 33, 11), sino, al contrario, quiere que “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (I Timoteo 2, 4).
Lleno de significado es el siguiente momento: el Día del Juicio Final, el Señor les dirá a los justos: “Vengan, benditos de Mi Padre, a heredar el Reino que les fuera preparado desde el inicio del mundo”.
Y a los pecadores les dirá: “¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles!” (Mateo 25, 34, 41). Desde este punto puede entenderse, pues, que de acuerdo al buen plan de Dios, el Paraíso fue preparado para los hombres, y el infierno para los demonios.
(Traducido de: Arhimandrit Serafim Alexizev, Viaţa duhovnicească a creştinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, Bucureşti, 2010, p. 218)