La Fe Ortodoxa es la verdadera. El fundamento de la afirmación anterior lo encontramos en muchas cosas y acciones: después de confesarnos, recibimos la paz de nuestra conciencia. ¿De dónde viene esto? Y si no nos confesamos, lo que tenemos es un sentimiento de desasosiego y sufrimiento. ¿Por qué razón? Veamos las reliquias de los santos y los milagros que allí tienn lugar. ¿Cómo se explican los prodigios que ocurren frente a los íconos milagrosos? Todo eso es obra de Dios, Quien nos dio Su palabra para que pudiéramos conocerlo a Él en Su Encarnación y en nuestra liberación de la perdición. ¿Quién te dio consuelo y dulzura cuando leíste a San Barsanufio? ¡Dios! Todo el mundo está lleno de los milagros de Dios. “¡Qué numerosas son, Señor, Tus obras; todas las has hecho con sabiduría!” (Salmos 103, 24).

(Traducido de: Sfântul Macarie, Starețul Macarie de la Optina, Editura Doxologia, Iași, 2012, p. 288)