“Dios sabe lo que hace, y lo que hace siempre es bueno”
“¿Cómo puedes decir que todo está bien, si tienes una pierna rota y tuviste que postergar tu viaje?”. Él respondió: “Yo no lo sé, pero Dios sí, y todo lo que Él hace está bien hecho”
Un hombre piadoso tenía el hábito de exclamar, ante todo lo que le ocurría: “¡Así está bien!”. En cierta ocasión, se le avisó que tenía que partir urgentemente a Inglaterra para resolver unos asuntos de importancia. Cuando estaba por subirse al barco que habría de llevarlo a ese país, se resbaló y se fracturó una pierna. No le quedó más que ver partir el barco sin él. Más tarde, cuando sus amigos lo visitaron para enterarse de su estado, ante tanto gesto de compasión, él respondió: “¡Así está bien!”. Entonces, sus amigos se enfadaron y le preguntaron, no sin cierta indignación: “¿Cómo puedes decir que todo está bien, si tienes una pierna rota y tuviste que postergar tu viaje?”. Él respondió: “Yo no lo sé, pero Dios sí, y todo lo que Él hace está bien hecho”. Pocos días después, sus amigos vinieron a contarle que aquel barco había tenido un grave percance en su trayecto a Inglaterra, hundiéndose después. “Bien”, respondió el buen cristiano, “Dios sabe lo que hace, y lo que hace siempre es bueno”.
(Traducido de: Protosinghelul Nicodim Măndiță, Oglinda duhovnicească, Vol 6, Editura Agapis, București, 1999, p. 352)