Palabras de espiritualidad

Dos humildes mazorcas

    • Foto: Doxologia

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Translation and adaptation:

“¡Por personas como ella es que Dios nos tiene aquí! Personas simples, sí, pero puras. Aunque sean muy pobres, traen lo que puedan al monasterio…”

Una noche de verano, siguiendo su costumbre, después de terminar su regla de oraciones, el padre Cleopa se dirigió a la habitación contigua a su celda, para conversar con aquellos que allí le esperaban pacientemente, para escuchar alguna prédica o determinados consejos para la vida espiritual.

Cuando terminó de hablar con dichas personas y atender sus necesidades espirituales, el padre Cleopa observó el gesto de una anciana de más de ochenta años, algo que le impresionó tan hondamente, que mucho tiempo después seguía recordándolo delante de todos.

Era aquella una mujer muy pobre, pero también muy piadosa. Tales debían ser sus penurias, que lo único que pudo traer al monasterio como ofrenda fueron dos mazorcas. Al dárselas al padre Cleopa, le dijo:

—Padre, como soy pobre, no le pude traer gran cosa... Aquí tiene dos mazorcas… ¡Son muy buenas para las gallinas del monasterio!

—¿Qué dices, madrecita? ¡Estas dos mazorcas son, para Dios, más valiosas que millones de monedas! ¡No olvides lo que dice el Evangelio sobre las dos monedas de la viuda!

Cuando vino al comedor, el padre Cleopa nos dijo:

-—¿Ven? ¡Por personas como ella es que Dios nos tiene aquí! Personas simples, sí, pero puras. Aunque sean muy pobres, traen lo que puedan al monasterio, así se trate de algo aparentemente insignificante. Nosotros tenemos de todo aquí, pero ellos siempre traen algo… ¡Por ellos es que Dios nos tiene aquí!

(Traducido de: Părintele Cleopa, Mânca-v-ar Raiul, Tipografia Multiprint, Iași, 2002, p. 138)