El agradecimiento atrae más y más grandes dones por parte de Dios
“El agradecimiento del que recibe estimula al que da a conceder dones aún más grandes.”
Debes agradecer por todo. Que en esto te guíe San Pablo, quien ordena: “Agradezcan por todo” (1 Tesalonicenses 5, 18).
De igual forma, el piadoso Isaac, quien dice: “El agradecimiento del que recibe estimula al que da a conceder dones aún más grandes. Quien no agradece por lo más pequeño, será desagradecido (falso) e injusto en lo más grande” (...) “Lo que guía al don de Dios hacia el hombre es el corazón que late con un agradecimiento perenne. Y lo que guía la tentación al alma es la queja que palpita sin cesar en el corazón”.
El corazón que le agradece a Dios es un corazón abierto a Él. Por eso es que a él vienen más y más dones. El corazón que sólo sabe lamentarse, es uno cerrado hacia sí mismo. No ve los dones recibidos y por eso no recibe, en el fondo, nada por parte de Dios o de otras personas. Reduciendo todo a nada, se queda con nada, porque con sus críticas y lamentos destruye todo lo que recibe.
(Traducido de: Calist și Ignatie Xanthopol, Metoda sau cele 100 de capete, traducere, introducere şi note de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, în „Filocalia”, vol. VIII, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, Bucureşti, 1979, p.52)