No existe una fortaleza tan grande, tan difícil de derrotar —de manera que resulta invencible para sus enemigos— como una multitud de personas que se aman y que permanecen intensamente unidas por el fruto del amor, que es el buen entendimiento. Hasta los mismos ataques del maligno son repelidos con facilidad, porque, enfrentándolos juntos, tales individuos se hacen invencibles, inutilizando las armas del adversario y recibiendo las refulgentes coronas del amor. Así como las cuerdas de la lira, que aún siendo tantas producen un dulce sonido si trabajan en armonía con los dedos del músico, así, quienes viven en buen entendimiento, cual lira de amor, crean una melodía maravillosa. Por eso, Pablo aconseja a los creyentes que traten, en toda circunstancia, de permanecer en el mismo pensamiento, considerando a los otros mejores que ellos mismos, para que la vanagloria no destruya el amor, para que todos permanezcan unidos, honrándose unos a otros, sirviéndose unos a otros.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieţii, Editura Egumenița, Galați, p. 139)