El amor de Dios no tiene límites
Si el demonio hubiera dicho “me he equivocado”, se habría convertido en ángel de nuevo. El amor de Dios no conoce límites. Pero el maligno es obcecado, terco, egoísta y no quiere irse, no quiere salvarse.
Por orgullo, los demonios se apartaron de Dios hace miles de años y también por orgullo siguen alejándose de Él, rehusando arrepentirse. Si tan solo dijeran un “Señor, ten piedad”, Dios haría algo por ellos. Si cada uno de ellos dijera: “Me he equivocado”… pero no lo hacen. Si el demonio hubiera dicho “me he equivocado”, se habría convertido en ángel de nuevo. El amor de Dios no conoce límites. Pero el maligno es obcecado, terco, egoísta y no quiere irse, no quiere salvarse. ¡Qué cosa tan terrible! ¡Y esto, a pesar de haber sido ángeles!
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești I – Cu durere și cu dragoste pentru omul contemporan, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu Schitul Lacu–Sfântul Munte Athos, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 62)