El amor de la Madre de Dios simplemente no tiene límites
Lo que nosotros anhelamos es que todos puedan vivir esta misma alegría, por el hecho de honrar a la Madre del Señor. ¡No hay Ortodoxia sin la Madre del Señor!
Yo creo que la Madre del Señor será comprensiva incluso con aquellos que no la respetan; en cualquier caso, será buena con quienes simplemente no la honran, pero no por tener algo en contra de ella, porque la Madre del Señor es amorosa hasta con aquellos que actúan guiados por su propio orgullo o por determinados pecados que les impiden ver las cosas como son y dejarse conducir por la Iglesia. El padre Arsenie Boca —¡que Dios lo tenga en Su gloria!— decía que “en una mente retorcida, hasta la cosa más recta termina torciéndose”. Insisto: la Madre del Señor sabrá entender a aquellos que hayan tenido una mente retorcida, y lo que nosotros anhelamos es que todos puedan vivir esta misma alegría, por el hecho de honrar a la Madre del Señor. ¡No hay Ortodoxia sin la Madre del Señor!
La forma suprema del ser es, sin duda, la de la madre. Solamente Dios sabe si un individuo, por decirlo de alguna manera, siendo padre, también puede ser madre. Es decir, si puede tener corazón de mamá, siendo padre, siendo varón. No lo sabemos.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 86)