El amor a los pobres
No es fácil encontrar entre las virtudes una que supere a las demás, y darle el privilegio de la primacía y la corona de la victoria.
Oh, hermanos, tan pobres como yo —porque todos somos pobres y necesitados de la Gracia Divina, aunque parece que nos sobrepasamos los unos a los otros, midiéndonos con pequeñas medidas—, acepten esta palabra sobre los pobres, no con pobreza, sino con devoción espiritual, para que puedan enriquecerse con las riquezas del Reino de los Cielos. Oren conmigo para poder enriquecerse el alma con estas palabras, y compartir con los pobres el pan espiritual, sea haciendo que llueva comida del cielo, como Moisés en la antigüedad, y recibiendo el pan de los ángeles, o alimentando en el desierto a miles de personas hasta que satisfagan su hambre, con pocos panes, como hizo después Jesús, Quien es pan verdadero y fuente de la vida verdadera. Sin embargo, no es fácil encontrar entre las virtudes una que supere a las demás, y darle el privilegio de la primacía y la corona de la victoria, del mismo modo en que no es fácil encontrar la flor más bella y fragante en un jardín florido y perfumado, cuando cada una de las flores te atrae con su aroma y color, pidiendo ser la primera que recojas,
(Traducido de: Sfântul Grigorie Teologul, Despre iubirea despre săraci, Editura Arhiepiscopiei Sucevei și Rădăuților, p. 8)