El amor se perfecciona sólo en el Reino de los Cielos
La imagen de las dos mitades de un círculo, que solamente juntas pueden conformar una unidad, expresa muy bien esa necesidad humana de amor y entrega.
Cuando comenzamos o nos implicamos en una relación amorosa, lo hacemos con el sentimiento de que nuestro ser está imcompleto de alguna forma, y que podríamos encontrar eso que nos falta y nuestra realización al lado de la persona amada. Por esta razón, la imagen de las dos mitades de un círculo, que solamente juntas pueden conformar una unidad, expresa muy bien esa necesidad humana de amor y entrega.
Sin embargo, las dos personas implicadas en una relación deben estar convencidas de que su amor no es sólo cosa de una noche, un mes, un año, o una vida entera, sino que se trata de algo para la eternidad. Esto, porque el amor entre dos almas puras nace, ciertamente, en la tierra; crece y se eleva al cielo, pero se perfecciona, realmente, sólo en el Reino de los Cielos.