Cuando existe amor entre las personas, las une, une sus corazones. ¿Quieres saber si amas a Dios? La respuesta está en cuánto amas a tu hermano. El verdadero amor se hace notar entonces cuando tu semejante no actúa bien contigo, cuando te acusa. Es entonces cuando se hace evidente cuánto le amas. Dios visita a aquel que se aleja de Él, intentando acercársele de nuevo y demostrarle Su misericordia. Si nosotros no hacemos lo mismo, es que no tenemos amor en nuestro corazón y que ya no le pertenecemos a Dios.

El Santo Apóstol Juan, discípulo amado de Cristo, tomó el amor dejado por Cristo y se dedicó a predicar sobre él. Compartió el amor, lo repartió por el mundo y el mundo se enriqueció por el conocimiento de Dios. Él nos dice:

“Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios y quien ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”.

(Traducido de: Părintele Efrem Athonitul, Despre credinţă şi mântuire, traducere de Cristian Spătărelu, Editura Bunavestire, Galaţi, 2003, p. 25)