Palabras de espiritualidad

El amor verdadero y la personalidad del hombre

  • Foto: Bogdan Bulgariu

    Foto: Bogdan Bulgariu

El amor verdadero no nos confunde jamás con el otro, el amor verdadero jamás nos aparta del otro.

De acuerdo con el Evangelio y con la doctrina cristiana ortodoxa, el hombre es y será siempre una persona distinta. Solamente un ser distinto puede amar y recibir amor. El amor verdadero no te confunde jamás con el otro; el amor verdadero tampoco nos aparta del otro. El amor verdadero conserva, salva la personalidad. No confundas al hombre ni con otras personalidades ni con Dios. El amor verdadero evidencia la personalidad de sí mismo y lo pone en comunión verdadera con otras personalidades; no se destruye, no muere encerrado en sí mismo. Cualquier criatura, cuando se encierra en sí misma, muere. Esto es el nihilismo, esto es lo que actualmente enseña la filosofía existencial del nihilismo.

Según los nihilistas, el hombre llega a ser nada, muere. Pero esto, porque no se abre a Dios y a los demás hombres, por medio del amor que brota de Cristo. Muere asfixiado en sí mismo. O se puede confundir con los demás y nuevamente muere, desaparece. Por eso, estos filósofos existencialistas nihilistas dicen que el infierno de los hombres son sus semejantes. Dicen: “mi infierno es el otro”. Esto es un gran error. Los demás son el paraíso: como solemos decir, el amor circula entre las personas, existe la comunión del amor y nadie puede vivir solo. […]

El amor verdadero no nos confunde jamás con el otro, el amor verdadero jamás nos aparta del otro. El amor verdadero conserva, salva la personalidad, pero no se confunde, no se identifica con otras personalidades ni con Dios.

(Traducido de: Arhimandritul Simeon Kraiopoulos, Te cunoști pe tine însuți? Viața duhovnicească și problemele psihologice, Editura Bizantină, București, 2008, pp. 112-113)

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