El arma de la esperanza en Dios
El cristiano tiene que alegrarse especialmente cuando enfrente alguna prueba que no haya causado.
La verdadera alegría nace de la amergura que alguien experimenta lleno de gozo por Cristo, Quien aceptó conocer el dolor y la amargura para poder salvarnos. El cristiano tiene que alegrarse especialmente cuando enfrente alguna prueba que no haya causado.
A veces le decimos a Dios: “Dios mío, no sé qué voy a hacer, pero me abandono totalmente en Tus manos, para que me hagas una persona íntegra”. Y entonces Dios no solo me hace una persona entera, sino que me convierte en algo más allá del simple ser humano, y deja que el maligno se me acerque para tentarme.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 217)