Palabras de espiritualidad

El aroma de las santas reliquias

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Buscó por todas partes, sin hallar la fuente de tal fragancia, que cada vez se hacía más fuerte. En un momento dado, su mirada se detuvo en un sobre grande y grueso.

El hieromonje Anfiloquio, del Monasterio Santa Paraskevi (Megara), relató que, un día, estando en su celda, comenzó a sentir un olor muy agradable, una fragancia especial. Buscó por todas partes, sin hallar la fuente de tal aroma, que cada vez se hacía más fuerte. En un momento dado, su mirada se detuvo en un sobre grande y grueso.

Lo abrió y adentro encontró un pequeño fragmento de unas reliquias que emanaban una fragancia indescriptible, junto con un papelito en el que estaba escrito: “Padre Nicéforo Tzanakakis, 4.01.1964”. Dicho fragmento pertenecía a otro hieromonje, quien lo envió al monasterio para que lo mantuvieran a buen resguardo mientras él volvía.

Cuando el padre Anfiloquio extrajo el fragmento del sobre y lo colocó, con gran devoción y solemnidad, en una pequeña repisa junto a otras reliquias, la fragancia empezó a disiparse.

(Traducido de: Simon MonahulSfântul Nichifor Leprosul, Făcătorul de minuni, Editura Iona, București, 2017)