Palabras de espiritualidad

El arrepentimiento después de haber abortado

    • Foto: Anda Pintilie

      Foto: Anda Pintilie

Es necesario que quienes hayan cometido este pecado se arrepientan y generen frutos de esa contrición. A los niños que has matado es imposible resucitarlos, aunque adoptes a diez huérfanos.

De entre quienes creemos en Dios, hay muchos que, en el pasado, por su irracionalidad, han cometido este pecado o han participado en él, permitiéndolo. Y hay muchos que lo han cometido no una, sino varias veces. De acuerdo a los antiguos cánones de la Iglesia, el castigo por esta falta era la excomunión —o exclusión de la Iglesia, a semejanza de los asesinos—, por un período de veinte años. La vida actual es de tal naturaleza, que actualmente la Iglesia ya no excomulga a nadie, sino que llama al arrepentimiento. Es necesario que quienes hayan cometido este pecado se arrepientan y generen frutos de esa contrición. A los niños que has matado es imposible resucitarlos, aunque adoptes a diez huérfanos. ¡Oh, si en vez de arrastrar a la iglesia a nuestras hijas asesinas y descreídas, para que reciban la oración de absolución (para que luego vuelvan a cometer el mismo crimen, sin remordimiento alguno), pusiéramos todas las fuerzas de nuestra alma y mente, toda nuestra elocuencia y nuestra autoridad paterna en prevenir tal pecado! ¡Si tan sólo supiéramos educar a nuestros hijos y nietos en esa misma enseñanza! ¡¿Cuántos agricultores, trabajadores, militares, artistas y sacerdotes no salvaríamos?!

(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul, Editura Sophia, București, 2011, p. 21)