Palabras de espiritualidad

El asceta y el leopardo obediente

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

El animal se quedó por muchos años, cuidando aquellas humildes hortalizas, hasta que el anciano murió y su alma partió en paz al Señor.

«Nos contó Ciríaco, hablando del padre Esteban, su confesor —que entonces vivía en una quebrada de muy difícil acceso, lugar que alguna vez visité, a unos sesenta y cinco kilómetros del Santo Monte—, que el anciano solía sembrar hortalizr para alimentarse. No comía nada más. Pero, una vez vinieron los conejos y se comieron los vegetales, estropeando todo los sembradíos.

Triste por lo ocurrido, el anciano se sentó afuera de su celda a reflexionar. En ese instante, vio que a la distancia apareció un leopardo. Sin ningún temor, el padre se incorporó y comenzó a llamar al animal. Este corrió mansamente a echarse a los pies del sacerdote. Entonces, el anciano le dijo: “Sé bueno y no te vayas de estos parajes... Quédate cuidando mi pequeña huerta, y atraparás muchos conejos y no pasarás hambre”. Y el animal se quedó por muchos años, cuidando aquellas humildes hortalizas, hasta que el anciano murió y su alma partió en paz al Señor».

(Traducido de: Sfântul Anastasie Sinaitul, Povestiri duhovniceşti, traducere din limba greacă veche de Laura Enache, Editura Doxologia, 2016, p. 69)