El hesicasmo es una condición de la vida espiritual. El anciano Jerónimo aconsejaba así a uno de sus hijos espirituales: “Debes evitar, a toda costa, salir al mundo... ¡Enciérrate en tu celda! Al mismo tiempo, esfuérzate en que tu mente se abra, para poder ver la luz divina. Sé que deseas obtener una celda para poder encerrarte en ella. Al principio te será difícil, pero luego serás recompensado enormemente: te alegrarás del ascetismo y tu celda te atraerá. Lee y ora. Si a ti mismo te falta tesón, ¿cómo podrías hacer perseverantes a los demás? El mundo corre a la iglesia para saciar la sed de su alma. ¿Cómo podríamos darles algo, si no tenemos nada? ¿Y cómo podríamos tener algo, si antes no se lo pedimos a Dios? ¡Esfuérzate en orar y en meditar el propósito de fortalecerte espiritualmente y cumplir con tu vocación de sacerdote!”,

(Traducido de: Părintele Dionysios Tatsis - Cuvintele Bătrânilor, Editura Renașterea, Cluj-Napoca, 2013, p. 34)