Palabras de espiritualidad

El avaricioso, el más cruel de entre los hombres

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

No sabe lo que significa la caridad, el amor a los demás, la compasión.

No hay hombre más despiadado que el avaricioso. A todos los odia, ricos y pobres. A los pobres, por temor, no sea que le pidan algo. A los ricos, por envidia, porque no tiene lo mismo que ellos. No sabe lo que significa la caridad, el amor a los demás, la compasión. Se opone a toda forma de ayuda social. No se involucra en nada que no le produzca un beneficio material. Y, al contrario, hace todo lo que puede por aumentar su capital, aún ínfimamente. Su ambición jamás termina de satisfacerse. Y su iniquidad le hunde cada vez más en otros y mayores pecados y maldades, en la vanidad del mundo. Es por eso que el demonio no tiene que esforzarse mucho con los ricos. Los atrapa fácilmente con lo material y los lleva a la perdición. Esta es la razón por la cual el Señor dijo: “¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!” y “Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.” (Marcos 10, 24-25).

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, p. 45)