El buen consejo del silencio
Si dejas que una persone te hable, sin interrumpirla, sin decirle nada, te abrirá su corazón y lograrás conocerla. Este es el fundamento de la amistad.
Ser un buen ejemplo para los demás es una cosa extremadamente importante. Los demás necesitan de tu ejemplo, tu paz, tu amor… nada más. Esto me lo ha enseñado la experiencia misma, tanto en lo que respecta a los niños como a los adutos. Especialmente a los adultos.
Si expresas tu opinión, o si haces un comentario o emites un juicio sobre lo que cree o practica alguien más, estarás golpeando directamente su “ego”. Y ese “ego” no admitirá, ni siquiera para sí mismo, que lo que dices es correcto. El “ego” no quiere que le hagan observaciones. Tristemente, tal es el estado de las cosas… Entonces, es mejor callar. No digas nada, sino solamente cuando te pidan tu opinión. El Señor lo dijo muy claro: “Dale a cada uno lo que te pida”. En todos los aspectos...
¿Te han pedido tu punto de vista? Exprésalo. Esto lo digo por experiencia. Amor, paz… con solamente estas dos virtudes puedes sentirte tan feliz, tan sereno… ¡Es algo que no se puede expresar con palabras! Es el Paraíso en este mundo. No deseo nada más...
¿En dónde aprendió todo eso?
—No sé… Sin embargo, siempre he entendido que, si dejas que una persone te hable, sin interrumpirla, sin decirle nada, te abrirá su corazón y lograrás conocerla. Este es el fundamento de la amistad.
(Traducido de: Maica Gavrilia. Asceta iubirii, Editura Episcopiei Giurgiului, 2014, p. 272)