El buen juicio prevalece ante cualquier orden o mandato de este mundo
El texto de Romanos 13, 1-2 debe ser aplicado con sabiduría y mesura. En todo caso, este no pretende afirmar que estamos obligados a ejecutar ciega e irracionalmente cualquier orden que contradiga el sentido común y los mandamientos divinos.
Ya que formamos parte, como miembros, del cuerpo místico de nuestro Señor Jesucristo,
ya que, todo el tiempo, el espíritu precede a la letra,
ya que ningún texto bíblico puede ser interpretado fuera del contenido de la Escritura entera,
ya que la ley suprema es el amor,
ya que tenemos que ser humanos íntegros, y no niños con la mente,
ya que los reinados de este mundo no son sino vacuidad y pertenecen al demonio (Lucas 4, 6),
significa que, cada vez que el derecho natural entra en conflicto con las leyes y reglamentos terrenales, especialmente cuando las leyes y reglamentos emanan de un pseudo-César que es, de hecho, el mismísimo demonio, o de sus siervos; cuando desafían abiertamente la moral natural, el texto de Romanos 13, 1-2 debe ser aplicado con sabiduría y mesura. En todo caso, este no pretende afirmar que estamos obligados a ejecutar ciega e irracionalmente cualquier orden que contradiga el sentido común y los mandamientos divinos. Dicho texto apostólico no puede encubrir la cobardía y no nos exime del deber de juzgar y sopesar lo que hacemos.
(Traducido de: Nicolae Steinhardt, Jurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, pp. 351-352)