Palabras de espiritualidad

El camino del amor, el más sencillo de todos

  • Foto: Tudorel Rusu

    Foto: Tudorel Rusu

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No te aflijas luchando contra el mal, sino que concéntrate en analizarte a ti mismo y en orar, hasta que Dios ocupe el primer lugar en tu mente y tu corazón. Simplemente, elige el tiempo necesario para analizarte y enfocarte en la Oración de Jesús.

El anciano Porfirio nos muestra que hay dos caminos a seguir. Uno es muy difícil, el otro, sencillo. El camino difícil consiste ponernos a luchar contra el mal, y el camino simple es el del amor. ¿Cómo alimentar este amor por Dios? El anciano Porfirio dice: “El alma se santifica y se purifica con el estudio de las homilías de los padres espirituales, aprendiéndose los Salmos y determinadas partes de la Santa Escritura, cantando himnos litúrgicos y repitiendo la Oración de Jesús”.

Además, nos propone leer con gozo los libros santos de la Iglesia: el Octoékhos, el Salterio, las vidas de los santos conmemorados el día respectivo, etc. Este último, el Sinaxario, nos ofrece el ejemplo de aquellos que entregaron su vida entera a Cristo, conviertiéndose en verdaderos amantes de Dios. Lo que nosotros debemos hacer es gozarnos de sus logros e imitarles. Ellos comenzaron su vida igual que nosotros. Tenemos la misma oportunidad de santificarnos como ellos. Sólo que debemos asumir esta labor, como todo lo demás en nuestra vida, con muchísima atención. El anciano nos aconseja analizar cada palabra de los libros santos, leyéndola y entendiéndola en su sentido completo. Este es el camino más sencillo, nos dice él.

También nos dice que esto es lo que necesitamos hacer: instruirnos, orar y tener como objetivo el amor más grande por Cristo y la Iglesia. Este es un camino muy práctico para nuestros ajetreados días. No te aflijas luchando contra el mal, sino que concéntrate en analizarte a ti mismo y en orar, hasta que Dios ocupe el primer lugar en tu mente y tu corazón. Simplemente, elige el tiempo necesario para analizarte y enfocarte en la Oración de Jesús. Luego, cuando aparezcan las dificultades normales de la vida, Dios será tu primer pensamiento y tu amor a Él te otorgará la Gracia santa. Así es como empezarás a actuar con la ayuda del Espíritu Santo.