Palabras de espiritualidad

El camino estrecho que lleva a la salvación

    • Foto: Andrei Agache

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Translation and adaptation:

El llamado de Jesús es claro, de entrar por la puerta estrecha, “porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella”.

Padre, ¿nos puede interpretar la enseñanza de Cristo, de acuerdo a la cual la puerta que lleva a la perdición es ancha y holgada, en tanto que la que lleva a la vida es estrecha y angosta?

—La enseñanza de Jesús se halla comprendida en los Santos Evangelios, y el versículo mencionado pertenece al “Sermón de la Montaña”, consignado en por el Santo Evangelista Mateo, en el capítulo 7, versículos 13 y 14. “¡Entrad por la puerta estrecha!” es un imperativo, un mandamiendo dirigido a todos nosotros. Claramente podemos ver que también en tiempos de Cristo existían dudas y desconocimiento en relación con el camino que lleva a la salvación. El llamado de Jesús es claro, de entrar por la puerta estrecha, “porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella”. Se sabe que cada uno de nosotros tiene esa tendencia a moverse como lo dicte la suerte, es decir, siguiendo la corriente del mundo. En esto consisten la “puerta ancha”, nuestra libre voluntad, por la cual entra en un instante toda la corrupción del mundo, y el “camino ancho”, ese peligroso sendero que, infelizmente, andamos desde nuestra juventud hasta la vejez. La historia espiritual del mundo nos da un testimonio valiosísimo de todo esto, especialmente en estos días, cuando debemos hacer frente a un cúmulo de tentaciones que nos asaltan a cada instante sin piedad, por medio de los medios de comunicación y otras formas. ¡Es una señal apocalíptica! Como alternativa a la “puerta ancha” y al “camino ancho”, viene el llamado imperativo: “¡Entrad por la puerta estrecha!”, porque “estrecha es la puerta y angosto es el camino que lleva a la Vida, y pocos son los que lo encuentran”. Así pues, Jesús nos llama a Él por medio de la “puerta estrecha”, la de la renuncia a muchas cosas: a comer mucho, a fumar, a golpear a los demás, a beber, al desenfreno, al odio, a la ira, al orgullo, a la pereza, a la falsedad. Se trata de renunciar con decisión a todos nuestros pecados grandes y pequeños, contra el Espíritu Santo o de esos que claman al Cielo; en fin, a todos esos pecados que, en mayor o menor medida, acechan nuestra vida.

¡Señor Jesucristo, ayúdanos, te lo pedimos, a encontrar la puerta estrecha que lleva a Tu Reino!

(Traducido de: Calinic Argatu Episcopul Rgeșului și Muscelului, Traista cu stele, Editura Episcopiei Argeșului și Muscelului, p. 38-40)