Palabras de espiritualidad

El corazón de la Madre del Señor

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Alguien dijo, y no sin razón, que la Madre del Señor es el verdadero rostro de la Ortodoxia. ¿Por qué? Porque guardó en su corazón las palabras de mayor provecho, las palabras que sabía que eran más importantes. 

En relación con lo sucedido inmediatamente después del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, cuando los Reyes Magos y los pastores vinieron a adorarle, nos dice San Lucas en su Evangelio que la Madre del Señor guardaba todo en su corazón. Alguien dijo, y no sin razón, que la Madre del Señor es el verdadero rostro de la Ortodoxia. ¿Por qué? Porque guardó en su corazón las palabras de mayor provecho, las palabras que sabía que eran más importantes. En esa misma medida somos ortodoxos, en la medida en que, como la Madre del Señor, conservamos en nosotros las santas palabras del Señor.

Pensemos que la Madre del Señor vivió en silencio, pero también habló cuando era necesario. Por ejemplo: “No tienen más vino”, dijo. Y, después: “¡Hagan lo que Él les diga!”. O cuando oró, diciendo: “Mi alma glorifica al Señor”.

Luego, la Madre del Señor también habló. No todo el tiempo permaneció en silencio. Nosotros deducimos que llevaba una vida de silencio, por el hecho de que los Santos Evangelistas transcriben pocas palabras pronunciadas por ella.

También dijo: “Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando”, unas palabras que, más que un reclamo, eran también una señal de su amor materno. Sentía que debía decirlas, y las dijo. Así pues, si aprendemos a callar, aprendamos a callar más cuando tenemos que callar, y no simplemente dejar de hablar.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, pp. 84-85)