El corazón debe pronunciar la oración junto a los labios
Que tus labios susurren la oración y que también el corazón participe de ella. Practiquemos la oración con la mente, sin que nadie lo note. ¿Cuál esa oración “de la mente”? Mente y corazón al unísono, como si fuera un círculo.
Que tus labios susurren la oración y que también el corazón participe de ella. Practiquemos la oración con la mente, sin que nadie lo note. ¿Cuál esa oración “de la mente”? Mente y corazón al unísono, como si fuera un círculo.
Así pues, ¿es imposible hacer descender a Dios, para que esté siempre con nosotros? ¿Es imposible ofrecernos a Él, santos, luminosos, íntegros? Aún más: ¿es posible que no haya solución para los problemas más grandes? ¡De ninguna manera! Incluso la tentación más grande puede ser vencida. ¡Que Dios nos otorgue gracia y poder!
(Traducido de: Părintele Eusebiu Giannakakis, Să coborâm Cerul în inimile noastre!, Editura Doxologia, Iaşi, 2014, pp. 27-28)