El cristiano y su deber de honrar a la Madre del Señor
Es cierto que los santos pueden muchas cosas, pero ninguno como lo puede la Madre del Señor.
De entre todos los santos, a quienes debemos honrar, ¡honremos con más fuerza a la Madre del Señor! Es cierto que los santos pueden muchas cosas, pero ninguno como lo puede la Madre del Señor. Si ella no estuviera en los Cielos, entre la Santísima Trinidad y nosotros, este mundo se habría perdido desde hace mucho. Ella se mantiene de rodillas, orando ante la Santísima Trinidad.
Millones de almas podrán atravesar los “peajes del espíritu”, y vendrán de la muerte a la vida, por haber venerado a la Madre del Señor. Así pues, les suplico, que en cada casa no falte el Himno Acatisto a la Madre del Señor, su Paráclesis y otras oraciones dedicadas a ella. Y mantengamos encendida nuestra lamparilla ante su ícono.
(Traducido de: Arhimandrit Cleopa Ilie, Îndrumări duhovniceşti pentru vremelnicie şi veşnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 146)