El don de la paz del Señor
Algunos de los cristianos más santos que el mundo ha conocido han sido también los que más han padecido, y, aun así, no hubo nada que pudiera alterar la paz de su alma.
La paz que Cristo nos da es la paz del alma, no una paz o descanso exterior. Puede suceder que alguien goce de este sosiego en toda su plenitud y dulzura, y sin embargo esté llamado a esforzarse sin cesar, enfrentando sufrimientos y dolores continuos. Algunos de los cristianos más santos que el mundo ha conocido han sido también los que más han padecido, y, aun así, no hubo nada que pudiera alterar la paz de su alma.
(Traducido de: Cerească Înțelepciune de la cei de Dumnezeu luminați Dascăli despre Cum să biruim deprimarea, ediția a 2-a, traducere de Constantin Făgețan, Editura Sophia, București, 2008, p. 128)