Debes honrar con todas tus fuerzas a tu padre espiritual, evitando hacer vanas las disposiciones de aquel que te parió en el Señor, para que los astutos demonios no tengan ningún poder sobre ti, porque está escrito: “El que honra a su padre se alegrará en sus hijos y será escuchado en el día de su oración. El que glorifica a su padre vivirá larga vida. Honra a tu padre de palabra y de obra para que su bendición recaiga sobre ti. No te gloríes en la deshonra de tu padre, pues su deshonra no es gloria para ti. Porque la gloria del hombre nace de la honra del padre” (Eclesiástico 3: 3-12).

Si tienes un padre espiritual admirable, no hables con los demás de sus virtudes. Más bien imítalo, porque esto es lo que te será de beneficio. Demuestra, pues, tu cercanía con él, no con tus palabras, sino con tu propia vida.

(Traducido de: Everghetinosul, vol. 1-2, traducere de Ștefan Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 202)